martes, 28 de febrero de 2017

Black History Month se acaba...

Bueno, febrero ha llegado a su fin y el Black History Month también. Espero que os haya servido para aprender un poquito de Historia y sobre algunos personajes históricos que, desgraciadamente, suelen quedar omitidos en los libros de Historia.

Sin embargo, no os creáis que nos vamos a olvidar de este colectivo el resto del año. Poco a poco os iremos trayendo más historias, sucesos y personajes de color, ¡no os preocupéis!

Hasta dentro de poquito, que venimos con más cositas. 

Denmark Vesey, esclavo revolucionario

Denmark Vesey nació sobre 1767, aunque se desconoce el lugar, y murió ahorcado el 2 de julio de 1822 tras haber sido acusado de planear una rebelión de esclavos contra sus dueños y otras personas de piel blanca en Charleston, Carolina del Sur.

Este esclavo era un respetado carpintero y ministro que en su adolescencia fue vendido a la esclavitud de la isla de Santo Tomás de las Indias Occidentales. Durante años fue el sirviente de la casa de Joseph Vesey, asentado en Charleston en 1783. Denmark Vesey ganó 1.500$ en 1800, usando este dinero para comprar su libertad y montó una carpintería. También cofundó una iglesia independiente metodista negra en 1816 en Charleston, la cual fue cerrada años más tarde por las autoridades.

En 1822, Vesey fue acusado de ser el líder de una trama secreta contra las personas de piel blanca, trama que supuestamente involucraba a 9.000 esclavos y más de dos años de preparación. El presunto plan era que las personas negras asesinaran a todas las personas blancas que pudieran, y después huyeran hasta África o Haiti. Con los rumores de este plan, las autoridades de Charleston acusaron a 131 personas de conspiración, condenaron a 67 personas y ejecutaron a unos 35, entre las que estaban Denmark Vesey.

Aunque la historia ha pasado por alto a este personaje, varios historiadores exponen que esa rebelión no fue planeada y que, tanto Vesey como el resto de víctimas sufrieron ese terrible destino por falsos rumores expandidos por varios dueños de esclavos.

sábado, 25 de febrero de 2017

Bessie Coleman, la primera piloto de color

Bessie cuando entró en la academia
Hoy os vengo a hablar de Bessie Coleman, la primera piloto de aviación negra. Bessie creció Atlanta, Texas (Estados Unidos) aunque de pequeña se mudó a Chicago. Coleman se empezó a interesar por la aviación cuando sus hermanos regresaron de la Primera Guerra Mundial. 

A Bessie le costó mucho encontrar a alguien en Chicago que le quisiera enseñar a una chica de color cómo se pilotaba un avión, así que decidió hacer las maletas y se mudó a París. Allí, entró en una escuela de aviación y el 15 de junio de 1921 ya era la primera piloto negra con licencia. 
Sello conmemorativo de 1995

Coleman volvió a los Estados Unidos, donde comenzó una carrera arrasadora, apareciendo en shows de aviación (muy famosos en aquel momento) por todo el país. 

Sin embargo, su vida que demasiado corta y Bessie murió en 1926 mientras estaba probando un nuevo prototipo de avión. El copiloto perdió el control de la aeronave y Bessie salió disparada de la cabina durante la caída. 

En 1995 el Servicio de Correos de los Estados Unidos sacó un sello conmemorando la vida de Coleman.

Bessie Coleman con su aeroplano ca. 1925

jueves, 23 de febrero de 2017

Crispus Attucks, el mártir de la Revolución

Retrato idealizado de Attucks del XIX
Hoy os vengo a contar la historia de Crispus Attucks, personaje que es recordado por ser el primer americano que murió durante la Revolución de los Estados Unidos contra Gran Bretaña. Actualmente se le considera uno de los mártires de la Revolución. 

No se reconocen los detalles de su infancia y juventud, aunque se sabe que nació cerca del 1723. Se cree que pudo ser un esclavo escapado y hay indicios de que pudo haber trabajado cazando ballenas. Pero el momento en el que pone a nuestro protagonista en la Historia es durante la Ocupación de Boston por los británicos en 1768, como parte de una táctica para controlar las revueltas coloniales. Dos años más tarde, después de un pequeño altercado, el malestar se hizo generalizado y la gente comenzó a salir de sus hogares y a reunirse. 

Attucks con un grupo de hombres armados se acercó a los alrededores del edificio de gobierno y le lanzaron a un soldado un trozo de madera. Algunos de los presentes dijeron que había sido Attucks, aunque no hay certeza.  Atuccks y otros cuatro norteamericanos fueron ajusticiados por el levantamiento  el 5 de marzo de 1770.

Grabado de la Masacre de Boston de Paul Revere coloreado
Se juzgó a los soldados que aludieron al privilegium clericale, es decir, que no podían ser juzgados por un juicio civil, solo por uno militar. John Adams, el que sería en 1801 el 2º Presidente de los Estados Unidos, se encargó de la defensa de los soldados con gran éxito y solo dos de ellos fueron declarados culpables.  

Sin embargo, Samuel Adams le otorgó al suceso el nombre de Masacre de Boston y los cuadros de John Singleton Copley y las litografías de Paul Revere hicieron que el acontecimiento no quedara olvidado y que los asesinados fueran enterrados como héroes. 

martes, 21 de febrero de 2017

Emmett Till, otra víctima del racismo

Hoy os vengo a hablar de una de las historias más tristes de los Estados Unidos, no sólo por el asesinato de un pobre adolescente, sino por todo lo que lleva detrás.
Emmett Till ca. 1950

Emmett Till nació en el verano de 1941 en Chicago, Illinois, Estados Unidos. Cuando contaba con 14 años, se supone que algo (aún no se sabe exactamente el qué) que hizo ofendió a Carolyn Bryant, una chica blanca de 21 años que trabaja en un supermercado cercano. La mayoría de las versiones dicen que le silbó.  Esta increíble ofensa hizo que el marido de Carolyn, Roy Bryant, y su medio hermano, J. W. Milam, secuestraran al pobre muchacho, le dieran una paliza y, finalmente, lo mataran. Posteriormente tiraron su cuerpo al río. 

Carolyn en el juicio
Lo que hizo que este caso fueran tan sonado y que Till fuera conocido como "el niño que murió por silbar", fue que la familia decidió que en el funeral el féretro no llevara la tapa, para que se viera la cara desfigurada del muchacho por el ataque. Durante el caso, que contaba con un jurado enteramente blanco, Carolyn dijo que Till le había hecho unos comentarios muy obscenos que la "habían asustado de muerte". Los dos asesinos quedaron completamente libres y sin cargos y, más tarde confesaron el crimen en una entrevista. 
Roy Bryant, Carolyn, la señora Milam y J. W. Milam riéndose a la salida del juicio

Aunque el caso fue reabierto en múltiples ocasiones, la última en 2007, nunca se llegó a culpar a sus asesinos. La madre del muchacho, Mamie Till-Mobley, murió en 2003 aún con esperanzas de que se hiciera justicia por su hijo. En 2017, el autor Timothy Tyson declaró en su libro que, tras hablar con Carolyn Bryant, ella le confesó que había mentido sobre los comentarios obscenos que le había dicho Emmet y que no eran para nada ciertos.


En cualquier caso, la muerte de Till no fue en balde. Al contrario, su muerte sirvió para dar fuelle al movimiento por los derechos de las personas de color que tuvo lugar en los Estados Unidos durante los 60 y 70 y aún hoy es uno de los mártires del movimiento.

domingo, 19 de febrero de 2017

Harriet Tubman, la señora Libertad

Harriet Tubman ca. 1850
Harriet Tubman es uno de esos personajes que, inexplicablemente, la Historia parece haber olvidado. Nuestra protagonista nació cerca de los años 20 del siglo XIX, en una plantación.

Desde pequeña tuvo que cuidar de sus hermanos, lo que hizo que a la edad de 6 años empezara a trabajar como niñera. La infancia de Tubman no fue fácil, sus patrones le daban palizas o la azotaban con el látigo al más mínimo motivo. Siendo muy joven, Harriet ya estaba marcada de por vida.

Un día, cuando no era más que una adolescente, la mandaron a por suministros a una tienda. En ella, el dueño le pidió que lo ayudara a capturar a su esclavo, que acababa de escapar. El dueño de la tienda se cabreó y fue a lanzarle una pesa a su esclavo, para evitar que siguiera huyendo, aunque por accidente le dio a Harriet. A raíz del golpe, Harriet empezó a sufrir mareos y ataques de epilepsia que la hicieron "inútil" para el trabajo en la plantaciones, así que fue malvendida de un amo a otro.

Tras una boda, un cambio de nombre y muchos más episodios de enfermedades, Tubman, ahora casada, escapa junto con sus hermanos el 17 de septiembre de 1849. Poco antes de su escapada, Tubman ya había sido vendida a un nuevo amo, por lo que sus antiguos propietarios tardaron en darse cuenta. Por el camino, los hermanos de Harriet se lo pensaron mejor y decidieron volver, obligándola a ella también.
Harriet Tubman en 1910
En su segundo intento de escapada, Harriet usó lo que se conoce como "El Ferrocarril Subterráneo", una red de túneles hecha por negros libres, abolicionistas y activistas, para ayudar a los esclavos a escapar desde el sur de los EE. UU. hacia el norte. Tubman se negó a hablar de la ruta exacta que había usado hasta su vejez, de manera que otros esclavos pudieran seguir usándola.

Desde que Tubman se hizo libre, no paró en ayudar al resto. Cuando el Norte de EE. UU. se hizo cada vez más peligroso para los esclavos huidos, Tubman empezó a moverse junto con un grupo para llegar a Canadá. Durante once años, Tubman no dejó de ir una y otra vez hacia el Eastern Shore de Maryland (lugar de encuentro de esclavos fugados) para rescatar a todos los que podía. Tubman presumiría, más tarde diciendo que "durante todos mis años como guía del Ferrocarril Subterráneo nunca perdí a ningún pasajero, algo que no todo el mundo puede decir".

Su último viaje fue en 1860 pero, justo al año siguiente empezó la Guerra Civil, por lo que Harriet vio la posibilidad de que la esclavitud quedara totalmente abolida si ganaba el norte. Harriet se unió a la causa y colaboró en todo lo posible con ellos, aunque no fue hasta 1899 cuando se le reconocieron sus servicios con una paga militar. Durante sus últimos años colaboró con las sufragistas, pidiendo el voto tanto de las mujeres blancas como el de las negras (había muchas sufragistas blancas que eran contrarias a esta idea).

Aunque Harriet murió en 1913, su legado no se ha olvidado. Una de las últimas muestras de esto se dio en 2016, cuando el Departamento del Tesoro decidió que fuera su rostro el que saliese en los billetes de $20, sustituyendo al del 7º Presidente de los EE. UU. Andrew Jackson.
Recreación del posible billete de $20

viernes, 17 de febrero de 2017

Garrett Augustus Morgan: el inventor que ha salvado miles de vidas

Con motivo de la celebración del Black History Month aprovecho para presentaros la historia de un hombre que, quizá, no es de los primeros que se nos viene a la mente cuando pensamos en personajes afroamericanos destacados, pero por cuyo legado, muy presente en nuestra vida cotidiana, sí que debería serlo. Y esto es debido, principalmente,  por ser inventor de nuestros actuales semáforos y máscaras de gas.


Nacido en 1877 en Claysville, Kentucky, era el  séptimo de once hermanos, en el seno de una familia humilde, fruto de la unión de dos esclavos libertos. Además de su ascendencia afroamericana, también tenía antepasados nativo-americanos por parte de madre, y descendía del general confederado John H. Morgan por línea paterna.

Los escasos recursos de la familia hicieron que Garrett  A. Morgan tuviera que dejar pronto los estudios (sexto grado) para dedicarse a trabajar. Después de un tiempo empleado en el rancho de sus padres, se mudó siendo un adolescente a Cincinnati, trabajando como encargado de mantenimiento para un terrateniente. Este empleo le dio la holgura económica suficiente como para pagar un tutor y continuar sus estudios.

En 1895 se mudó a Cleveland, donde trabajó reparando máquinas de coser para una empresa textil. Esta experiencia fue el acicate para que el joven Garrett se decidiera a dedicarse a conocer cómo funcionaba la maquinaria,  y sus aplicaciones en la vida cotidiana. De esta época datan sus primeras creaciones, que consistían en revisiones y mejoras de la máquina de coser. En estos días, además, se fue haciendo de una cierta reputación gracias a su habilidad con las máquinas.

En 1907, Morgan, quien ya tenía casi una década de experiencia con las máquinas de coser, se decidió a abrir su propia tienda de reparaciones de máquinas de coser y zapatos, siendo este el primero de varios negocios que emprendió.

Hacia 1910, su interés en reparar las invenciones de otros decayó, y empezó a interesarse en desarrollar sus propios inventos. Pensando en evitar el riesgo de inhalaciones mortales ideó una primera versión de la máscara de gas o capucha de seguridad, que se patentó en 1912.  Más tarde sería comprada por el ejército norteamericano, cuyas tropas la usarían en la I Guerra Mundial. Además de en el ámbito militar, su prototipo es ampliamente usado por equipos de rescate y trabajadores del sector químico. Una nueva versión de esta máscara de gas se hace muy popular en los Estados Unidos cuando, en 1916, Garrett A. Morgan, junto a su hermano y varios hombres más, la utilizan para rescatar a unos trabajadores atrapados en la explosión de un túnel bajo el lago Erie, en Cleveland.

En 1913, Morgan había incorporado los productos para el cabello en su lista de invenciones cuando, sin esperarlo, encontró un compuesto químico capaz de alisar el pelo. Acabó creando la G. A. Morgan Hair Refining Company, una empresa dedicada a la venta de productos de cuidado capilar, tintes, y un peine alisador que el propio Morgan diseñó.

Bocetos de la patente de Morgan
Pero el legado de G. A. Morgan no acaba aquí. Viandantes, carros de animales, ciclistas y los primeros automóviles en circulación compartían la calzada de las ciudades estadounidenses de principios del s. XX, sin apenas regulación. Los accidentes eran frecuentes y en número creciente. Así pues, no era extraño que se lanzaran diversas iniciativas viales dispuestas a evitar este caos, como la inclusión de policías dirigiendo el tráfico o rudimentarias señalizaciones de acción manual, con dos órdenes: "cruzar" y "parar". Tras ser testigo de un grave accidente, Morgan decidió trabajar en el otro de sus dos inventos más célebres: el semáforo mecanizado de tres señales, patentado en 1922, y del que descienden nuestros semáforos actuales. El invento fue todo un éxito, y acabó vendiendo los derechos de la patente a  General Electric por 40.000 dólares.

Con el tiempo, sufrió de glaucoma, y hacia 1943 estaba prácticamente ciego. Aún así, no dejó de idear inventos: uno de sus últimos fue el cigarrillo que se apagaba solo, debido a que contenía un pequeño plástico lleno de agua justo encima del filtro.

Finalmente, A. G. Morgan muere en 1963, poco después de recibir una condecoración del gobierno norteamericano por su contribución a la seguridad del tráfico. Además, por su otro célebre invento, la máscara de gas, le fue concedida la medalla de oro por la International Association of Fire Chiefs ("Asociación Internacional de Jefes de Bomberos").

Tras leer su biografía, podemos concluir que Garrett Augustus Morgan fue un ejemplo de la ética capitalista, del famoso "hombre hecho a sí mismo", que parte de una situación muy humilde, sin recursos, y en una situación de desventaja debido a los prejuicios raciales del tiempo que le tocó vivir, pero que, a pesar de todos estos obstáculos, consigue prosperar por su propio trabajo. Un trabajo gracias al cual se han salvado muchas vidas, y ha contribuido a mejorar otras tantas, ya que también colaboró a mejorar la economía y los derechos de la comunidad afroamericana con la fundación en 1908 de la Cleveland Association of Coloured Men.


miércoles, 15 de febrero de 2017

Rubin "Huracán" Carter: el hombre que pudo ser campeón del mundo

"Esta es la historia del Huracán / el hombre al que las autoridades culparon / de algo que nunca hizo. /   Lo dejaron en una celda pero una vez pudo haber sido / el campeón del mundo" 

Así reza una de las canciones más populares del recientemente nombrado Premio Nobel de Literatura, el cantautor Bob Dylan. Hurricane es una canción protesta dedicada al tristemente célebre boxeador estadounidense Rubin "Hurricane" Carter (1937-2014), cuya prometedora carrera en el mundo del boxeo en los años 60 fue truncada por una acusación y posterior condena a cadena perpetua, en lo que sería un proceso repleto de extorsiones, corrupción, mentiras y racismo.Carter es, como veremos, una figura compleja, con sus luces y sombras, pero cuya historia es un testimonio evidente del contexto de tensión racial en la sociedad norteamericana en la década de los 60. Una tensión  que hoy día, a tenor de los recientes altercados, sigue sintiéndose muy presente. 

Nacido en la localidad de Paterson, Nueva Jersey, su infancia no fue fácil. Cuando era niño, fue imputado por asalto a mano armada y enviado al reformatorio: Carter alegó que atacó con su navaja a un pedófilo que intentaba abusar de uno de sus amigos. En 1954, escapó del reformatorio y se alistó en el ejército, y dos años después se dio de baja, regresando a Paterson. En aquellos años, su sueño era convertirse en boxeador profesional sin embargo, un mes después de su vuelta, fue detenido por la fuga del reformatorio y condenado a 9 meses de prisión, de los que cumplió 5. Más tarde, cometió varios asaltos, por los que fue encarcelado hasta 1961. 

Rubin se esforzó para llegar a ser boxeador profesional, y consiguió cierto reconocimiento, pero no pudo librarse del racismo de la sociedad. Aunque no pudo coronarse como campeón del mundo, estuvo a punto de hacerlo, con un gran registro de victorias, y tuvo algunas peleas destacables. 

El 17 de junio de 1966, Rubin Carter, junto a su amigo y también púgil John Artis, fueron arrestados, acusados de triple homicidio en el Lafayette Bar & Grill de Paterson, donde habían estado la misma noche de los hechos.  Dos ladrones, Alfred Bello y Arthur Bradley, declararon que mientras robaban en un establecimiento cercano, vieron cómo Carter salía del bar con una escopeta, y Artis con una pistola. Esta declaración estuvo promovida por un trato con la autoridad, para rebajar sus penas, tal y como confesaron posteriormente los propios ladrones. Los dos púgiles fueron llevados detenidos hasta el bar donde estaban los testigos, quienes aseguraron que ellos no eran los hombres que habían visto.  Más tarde, los llevaron al Hospital St. Joseph, y allí una de las víctimas no les reconoció como responsables del tiroteo, a pesar de las presiones  para que los incriminara.

El juicio del año 67 estuvo repleto de irregularidades y prejuicios raciales. En él, los boxeadores acabaron siendo condenados a cadena perpetua.  El proceso se intentó llevar a cabo con la mayor discreción posible, temiendo el revuelo mediático,  que sería ya imparable años después,  a partir del lanzamiento de la canción  Hurricane por parte del cantautor Bob Dylan , en 1975.  Un año antes,  ya se había celebrado un segundo juicio ante la confesión de Bello y Bradley de haber mentido en sus declaraciones, pero tras el juicio la condena siguió inalterada. 

Imagen de la visita de Bob Dylan a Carter en la cárcel
Desde el momento en que entró en la cárcel, Rubin Carter luchó por demostrar su inocencia: se dedicó a estudiar Filosofía y Leyes. "No estoy en la cárcel por asesinato. Estoy en la cárcel porque soy un negro en Estados Unidos, donde quienes ostentan el poder solo permitirían a un negro ser un bufón o un criminal", manifiesta Carter en una entrevista en 1975. Ese mismo año publica su autobiografía, The Sixteenth Round. 

John Artis fue liberado en 1981. Por su parte, tras recibir el apoyo de numerosas personalidades (entre ellas el boxeador Muhammad Ali), el 7 de noviembre de 1985 se le da la oportunidad a Carter de defenderse en un nuevo juicio, en el cual se reconocieron claros indicios de racismo durante el proceso, corrupción, declaraciones bajo coacción y pruebas falseadas. El juez le concedió la libertad, al considerar que sus derechos habían sido vulnerados y que el castigo respondió más a racismo que a la razón.Ya en libertad,  se muda a Toronto, donde se dedica a dar charlas motivacionales, además de ser el director de la AIDWYC (Association in Defence of the Wrongly Convicted), fundación que ha trabajado con éxito en decenas de casos de presos erróneamente condenados.

En conclusión, podemos decir que su historia, además de exponer el fenómeno de tensión racial presente en las sociedades modernas, hace que nos cuestionemos la infalibilidad de las decisiones de la autoridad, y tengamos presente hasta qué punto estas  podrían afectar a la vida de personas inocentes.

lunes, 13 de febrero de 2017

Ruby Bridges, más que una niña

Hoy os vengo a contar la historia de Ruby Bridges. Como dice el título, esta pequeñaja es más que una niña, es un símbolo. ¿Y por qué? Pues empezad a leer.
Ruby cuando comenzó a ir a clase

Desde el fin de la esclavitud en los Estados Unidos, empezó una práctica con más o menos respaldo legal conocida como la Segregación Racial. Muy resumida, esta práctica consistía en que, hasta más o menos 1970, en Estados Unidos los blancos iban por un lado y los negros por otro. Había baños diferenciados por color, fuentes diferenciadas por color, etc. Si queréis ver hasta qué puntos podía llegar, el cine es una gran fuente de información.

El caso es que en 1964 John F. Kennedy y Lyndon Johnson firmaron "La Ley de Derechos Civiles", por la cual se prohibía, entre otras cosas, la segregación racial en las escuelas, en el trabajo y en los lugares públicos. Es aquí donde aparece nuestra protagonista.

Ruby Bridges fue la primera niña afroamericana que asistió a una escuela que, hasta el momento, había sido de blancos: la William Frantz. Ruby sólo tenía 4 años cuando la inscribieron en un programa de integración racial. Tras hacer un test para comprobar que tenía un nivel apto para ir a esa escuela, la niña comenzó a asistir a clases entre abucheos y amenazas de muerte. Las amenazas eran tales que todas las mañanas, durante los recreos y todo el camino hasta casa, un grupo de policías tenían que acompañarla y no perderla de vista por miedo a que le hicieran algo. 
Ruby acompañada por la policía

Tanto profesores como alumnos y padres estaban en contra de que una persona de color fuera a la misma escuela que ellos, así que Ruby iba a todas sus clases sola y solo una profesora, Barbara Henry, se ofreció a impartirle las lecciones. 

Ruby ahora mismo tiene 62 años, está casada y tiene 4 hijos. Además, es la directora de la Fundación Ruby Bridges, creada en 1999 y que tiene por misión promover "los valores de tolerancia, respeto y que se aprecien todas las diferencias". En una de sus últimas declaraciones Ruby dijo que "el racismo es una enfermedad de los adultos y que tenemos que dejar de usar a nuestros hijos para que la extiendan"
Ruby en la actualidad

Si queréis saber más sobre el tema tenéis:

  • Ruby Bridges, una película para televisión de 1998
  • Through My Eyes, la autobiogrfía de Ruby Bridges, publicada en 1999
  • Un libro escrito por un psicólogo que estuvo ayudándola, llamado The Story of Ruby Bridges, que cuenta la historia de para hacérsela más cercana a los niños. 





lunes, 6 de febrero de 2017

John Laurens y su batallón de esclavos

Este personaje, aunque no era una persona de color, sí que tuvo que ver con la Historia de la América Negra.

Este personaje fue un soldado americano, nacido en Carolina del Sur, que, durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, armó a un batallón compuesto enteramente por soldados de color.  ¿Por qué lo hizo?
John Laurens en 1780 


John Laurens era abolicionista y criticaba tanto la esclavitud como el comercio de esclavos. Una de sus frases más famosas es que "un país nunca puede ser libre hasta que todos sus miembros lo sean". Laurens sabía que los dueños de los esclavos no iban a liberarlos porque sí y cuando llegó la guerra vio la excusa perfecta. Ante la necesidad de soldados que tenía el ejército americano, Laurens empezó a promover la idea de armar a los esclavos y que estos lucharan por su propia libertad, de manera que, al acabar la guerra, quedaran libres. En 1778 le pidió a su padre que le dejara armar a los 40 esclavos que iban a ser suyos por herencia y en 1779 llevó la idea al Congreso, que la aceptó a regañadientes. 

El marqués de Lafayette
Laurens pensaba que blancos y negros eran muy similares y no veía justo que, mientras unos estaban en los altos cargos de poder, los otros estaban sufriendo en las plantaciones. Aunque Laurens no era bien visto por los sureños, consiguió el apoyo del aide-de-camp de Washington, el marqués de Lafayette. 

Juntos consiguieron que el batallón fuera adelante y luchara por su libertad. Sin embargo, la historia no podía acabar bien. Durante la batalla del Río Combahee, el batallón de John Laurens fue asaltado por una tropa británica que se batía en retirada. Entre las bajas producidas estaba Laurens. Aunque a su muerte su amigo Tadeusz Kosciuszko lo sucedió al mando, era inevitable que el batallón se desintegrara. Algunos de los esclavos fueron manumitidos, mientras que otros fueron perseguidos por sus dueños y devueltos a las plantaciones.

La historia de John Laurens queda como la de un personaje adelantado a su tiempo que, más tarde, serviría de inspiración a abolicionistas como Abraham Lincoln.

Un soldado negro matando a uno británico durante la batalla de Bunker Hill en  1775
~~~~ Si queréis saber un poquito más de John Laurens podéis escuchar las canciones que canta su personaje en Hamilton: An American Musical, de Lin Manuel Miranda, en el que se hace un repaso a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y la vida de Alexander Hamilton. 

viernes, 3 de febrero de 2017

Febrero, el Black History Month o el mes de la Historia Negra

¡Hola a todos! Después de haber pasado ya los últimos exámenes y unos diitas de relax, los socios nos hemos puesto de acuerdo para celebrar el Black History Month o el Mes de la Historia Negra y traéroslo a todos vosotros.

¿De qué se trata? Pues es un mes en el que se conmemoran los eventos más importantes de la historia de lo que se conoce como diáspora africana. Se celebra principalmente en los países de habla inglesa, es decir, en los Estados unidos, en Canadá y en el Reino Unido. Se  celebra justo en los meses de febrero y de octubre, así que teníamos que aprovechar la ocasión.


Desde Arqueohespérides queremos usarlo como pretexto para hablaros un poquito de esa parte de la Historia que, aunque pasó hace mucho, la tenemos bastante presente y muy cercana.

Así que, sin más dilación, ¡empecemos con el Black History Month!