El presente taller se impartió en
el Museo de la Ciudad de Carmona, con un aforo de hasta 48 niños de edades
comprendidas entre los seis y los doce años, con la intención de iniciar a los
infantes en el conocimiento del pasado. Para ello se eligió la temática de las
monedas romanas y la importancia de éstas, ya sea como forma de datación o como
signo de influencia.
Al inicio de la actividad se dio
una pequeña charla explicativa a los pequeños, en una sala del museo, que
expuso una recreación de una calzada romana. Se les explicó la importancia de
dichas vías como medio de comunicación por todo el imperio romano, ya que
representaban las principales vías de comercio y la expansión del uso de las
monedas romanas, cultura, lengua, etc.
Más tarde, se pasó al taller
propiamente dicho, que consistía en la recreación de una pequeña excavación. La
recreación contaba con dos grandes cuadrículas que recreaban dos contextos
diferentes: el primer contexto nos hablaba sobre una cocina de una villa
romana. En este escenario encontraron objetos tales como el pavimento del
suelo, huesos, restos de cerámica, conchas marinas, materiales constructivos,
algunas monedas esparcidas, etc. En el segundo contexto, recreamos un tramo de
una vía romana donde utilizamos priedras originales de la calzada romana que se
descubrió bajo la Calle Prim de la Ciudad de Carmona. Además, dicho contexto
tenía como singularidad el hecho de haber añadido un miliario y un tesorillo
romano que nos ayudó a fechar la excavación sobre el año 50 d.C. Para la
excavación, los pequeños arqueólogos contaron con herramientas típicas, como
palustres (de punta redondeada), brochas, cubos para poder retirar la tierra y
un tamiz, el cual tuvo mucho éxito entre ellos ya que pudieron comprobar que se
debe estudiar hasta el más mínimo detalle dentro de una excavación
arqueológica.
Los pequeños asistentes
estuvieron excavando durante tres horas aproximadamente, en las que cualquier
descubrimiento, ya fuera un trozo de hueso o una piedra, aumentaba su
entusiasmo. Se dividieron en dos grupos, uno que se encargaba del cajón de la
cocina y otro del de la calzada, aunque algunos de ellos se pasaban de uno al
otro, continuamente, así como las herramientas que iban de mano en mano según
fueran requeridas entre ellos.
Poco a poco fueron descubriendo
todas las piezas. Después de desenterrarlas se les enseñó cómo debían ser
almacenadas para organizarlas correctamente, y ellos mismos se encargaron de
agrupar cada resto que iban encontrando y colocándolos en sus respectivas bolsas.
Más tarde, se hizo un pequeño
tercer grupo, que se encargó de la criba para tamizar la arena extraída
previamente.
Finalmente, una de las
voluntarias explicó de dónde procedía cada moneda del tesorillo dando por
finalizado este fantástico taller en conmemoración Del 20 aniversario de Ruta
Bética Romana. Todos los socios participantes acabamos exhaustos pero
satisfechos de poder haber enseñado a estos intrépidos niños, un poco más de la
cultura romana, la arqueología, el arte y la historia para que de este modo se
conciencien de respetar, conservar y valorar todos los vestigios que han dejado
nuestros antepasados.
Articulo realizado por: Fernando Báez Núñez.
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