jueves, 16 de marzo de 2017

Las venus del Palelolítico: Maneras de interpretar la imagen de la mujer en la Prehistoria.

Entre el 30.000-10.000, se documentan 5 grupos bien definidos de venus, a saber: Pirenaico/Aquitano, Italiano, Renano/Danubio, Ruso y Siberiano (DELPORTE, 1976). Estas figurillas pueden aparecer tanto en relieve como en bulto redondo, representando a unas mujeres en diferentes formas.

En cuanto al significado de estas venus, según la arqueología tradicional, se tratan principalmente de mujeres corpulentas, cuyos atributos sexuales se representarían muy resaltados, en contraposición de los brazos, la cabeza y las piernas apenas indicados en la representación. Estas ideas son muy genéricas, sin llegar a hacernos pensar sobre las demás representaciones que no concuerdan con las explicaciones tradicionales, como es el caso de la venus de Lespugne.

Venus de Lespugne
La mayoría de autores piensan que, pese a la diversidad que encontramos en las representaciones de figurillas, se trata del reflejo de un culto a la fertilidad, dando como posible hipótesis la denominada Teoría de La Gran Diosa del Neolítico (GIMBUTAS, 1996). Es por ello que, en estas representaciones, priman más los ejemplos de esas mujeres voluptuosas, con senos exagerados y cinturas anchas que anunciarían una mayor demografía. La simplicidad de sus rostros y el intento de no caracterizar a las representaciones, puede darse a que aún no se está estableciendo la representación de una figura representativa de la sociedad. Esta idea suscita a pensar que las figuras de las venus, se reduzca a ser símbolo de sus funciones, en especial, reproductiva. Incluso la representación de la Venus de Laussel, un relieve en un abrigo rocoso de Francia, donde se representa una mujer obesa, quizás encinta, con un cuerno de bisonte en la mano, y con ocre rojo, símbolo primitivo como sucedáneo de la sangre, como agente verificador (SANAHUJA YLL, 2002).
Venus de Laussel
Otras de las teorías contradice a la expuesta anteriormente, la cual cita que no necesariamente una mujer robusta puede simbolizar la fertilidad, ya que las mujeres obesas no son más fértiles que las delgadas. Se aborda también la idea de la necesidad de reproducción de los pueblos recolectores-cazadores, ya que la abundancia está más controlada por los agentes exógenos (CHARD, 1976). Otra de las ideas en contra a la idea del culto a la fertilidad, y por ende al aumento demográfico, se trataría de la cantidad de recursos disponibles antes de realizarse una sociedad neolítica, es decir, un control de los recursos que brindarían la naturaleza (UCKO, 1968).

La idea de Gimbutas que defendía la idea de la representación de los glúteos desproporcionados, no sería más que una metáfora del vientre grávido; estaría en contraposición las ideas de una identidad de diferentes etnias que se encontraría en el paleolítico. Algunos grupos se caracterizarían por la esteatopigia, y que responderían a un carácter adaptativo sobre la alternancia en periodos de relativa abundancia y escasez alimentaria. También se ha querido ver las incisiones como presuntos tatuajes entre los pechos y sobre el abdomen, como marca de familia o etnicidad (SANAHUJA YLL, 2002).
Las venus como canon femenino a los ojos del hombre, simbolizarían el deleite de los instintos eróticos y constituirían la mujer ideal. En el mismo abrigo de la Venus de Laussel, se encontró fragmentos que representarían a otra mujer y un tercero que para muchos investigadores simbolizarían un parto o una escena coital, cuya función seria con fines eróticos.
Bajorrelieve de los Personajes opuestos de Laussel,
 representando una escena coital o paritorio.
El descubrimiento de la mayoría de las venus en las zonas habitacionales, como es el caso de la venus de Kostienki, se le ha atribuido un papel fundamental en el culto de los ancestros (ABRAMOVA, 1976). A partir de ello se formula que, la mujer-madre se hace pionera de las técnicas de conservación de los recursos alimenticios, ejecución de útiles, además de ser símbolo protector de la familia. Se ve pues, un culto a la madre protectora, generadora de vida y perpetuidad del clan. Esta teoría enlaza con el “derecho materno” desarrollado por Engels en su libro El origen de la familia, la propiedad privada y del Estado.

Otras ideas relacionadas con estas venus sería con las denominadas figuras de iniciación (UCKO, 1968), amuletos, muñecas o trofeos relacionados con actos de rapto, violación o asesinato de la mujer que proporcionaba un status social a los hombres (EATON, 1978).
Posible uso de la Venus de Hohle Fels
Ya en el ámbito de la Arqueología del Género, se ha ofrecido la hipótesis sobre la institucionalización del género en las sociedades Paleolíticas, infiriéndose que aquel no estaría basado en una dicotomía anatómica entre hombres y mujeres; es decir, no se aprecia una oposición social entre hombres y mujeres basadas en una dualidad anatómica culturalmente definida (CONROY, 1993). Las figurillas femeninas y las del sexo neutro parece indicar la presencia de categorías basadas en la diferenciación organizada en un sentido distinto al nuestro.
El Hermafrodita de Grimaldi
Se baraja la idea de la representación de estas venus fueron realizadas por mujeres desde la perspectiva de sí mismas más que como modelos de otras, tratándose de autorretratos realizados por mujeres, explicando las omisiones anatómicas y las desproporciones de las figurillas. Las representaciones de las venus reflejarían diferentes estadios de los cuerpos femeninos, proporcionando información; y sugiriendo que las mujeres controlaban las condiciones materiales de sus vidas reproductivas (MACDERMOTT, 1996).

Se estima que las características comunes de las venus son exclusivamente el sexo y la durabilidad. A partir de las superficies pulidas de algunas, se plantea que estas últimas ofrecerían el aspecto del desgaste o pulido producido por el roce de las manos, conllevando a la idea de la circulación de estas estatuas por toda Europa como objeto de intercambio ligados al matrimonio, el cual la identidad de la mujer no importaría (NELSON, 1990).

Para finalizar, se aprecian las denominadas venus ataviadas como es el caso de las venus de Willendorft, Brassempouy y Kolstienki, consideradas como mujer ritual por las diferentes formas de representar la capucha, velos, o tatuajes, que antiguamente se denominaba al cabello de estas venus. Todo este conjunto sirve para diferenciar las categorías sociales y cuyo diseño sería diferente según el lugar (SOFFER, ADOVASIO, HYLAND, 2000).

Venus de Willendorf

Por desgracia, la mayoría de estas venus se han encontrado descontextualizadas; a diferencia de las que sí se sabe de su contexto son las figuras que se ubican en cuevas no habitadas, destinadas exclusivamente a su exhibición, donde se gestionaba la vida. En estas áreas se expresaban las prácticas de gestión de vida y económicas.

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