domingo, 9 de abril de 2017

El origen de la Semana Santa

Tiene su origen en la Baja Edad Media y en la crisis que tuvo lugar entre el XIV y el XV. Tenemos que tener en cuenta que en este momento sucede el Cisma de Occidente (en Europa había dos papas, uno en Roma y otro en Aviñón) y que el hambre, las guerras y la peste devastaron gran parte de Europa.


Una de las consecuencias de esta crisis es la creación de cofradías. En un primer momento se crean por Europa como una serie de asociaciones de cristianos devotos de un santo, de la Virgen o de Dios, que se encargaban de ayudar a los desfavorecidos por las crisis y enterrar a los fallecidos que no tenían nadie que los enterrara.


En este momento se creía que la peste había sido un castigo divino, por lo que la cristiandad se dedicará a intentar a hacer las paces con Dios por medio de procesiones de flagelantes y, más tarde, por lo que se denomina la Semana Santa.


Antes de San Francisco de Asís solo se veía a Cristo como una figura divina. Fue él el que reivindicó su «parte humana». A raíz de esto la Semana Santa, que habla más del Jesús humano que del divino, empieza a popularizarse. En un principio solo se celebraba del jueves al domingo. El jueves y el viernes se conmemora la muerte de Cristo en la cruz, el sábado se conmemora a Cristo en el Santo Sepulcro y el domingo su resurrección.

Conforme más avanza el tiempo, se crean más cofradías y el resto de días de la Semana Santa también adquieren un significado. Así, el Domingo de Ramos se centraría en la entrada de Jesús en Jerusalén, el Lunes Santo en la expulsión de los mercaderes del templo, el Martes en la traición de Judas, el Miércoles en Judas y las 30 monedas de plata, el Jueves en la última cena y en la oración en el huerto, el Viernes en la  flagelación y en la coronación, el Sábado en las escenas en el sepulcro y el Domingo en la Resurrección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario