En ella se pueden
identificar grafemas relacionados con alfabetos ibero-orientales, pero la
manera tan desorganizada en que aparecen los símbolos impide que la
hipótesis sea fácilmente demostrada. Los signos parten de formas
geométricas que a simple vista se asemejan pero analizándolos con profundidad
no presentan cohesión entre sí. Es como si hubiesen sido dibujados de modo
aleatorio.
Tal desconcierto es lo que ha
provocado que surjan dos propuestas como solución al problema. Ambas estarían
relacionadas con las antiguas poblaciones del Valle del Guadalquivir: la
primera establece como fecha de los escritos principios de la Edad del Hierro.
La llegada a las costas andaluzas de comerciantes y navegantes orientales con
unos modos de vida más desarrollados y sistemas de escritura propios
fascinarían a tales poblaciones reflejando sus impresiones en la estela con
caracteres solo entendibles por ellos mismos, no se consideraría escritura. La
otra opción sería que la estela datase de una época más avanzada, lo que
supondría que la comunidad que manipuló la estela ya conocía el alfabeto de las
comunidades orientales y, por tanto, los símbolos serían en realidad un sistema
propio de escritura reflejando ese contacto.
Las futuras dataciones radiocarbónicas resolverán la duda.
Jesús Risueño Teva
No hay comentarios:
Publicar un comentario