domingo, 14 de agosto de 2016

Taller de alfarería para adultos - 11/08/16

         Después de dos semanas de intensos cursos, aquí traemos las actualizaciones de cómo han ido, empezando por el final, el taller para adultos del pasado jueves.


 
     Tras una introducción teórica en la que tratamos los inicios de la alfarería, realizamos una exposición de piezas del museo para mostrar las características tanto de la cerámica a mano como a torno, así como la decoración, y los elementos más importantes de la cerámica para la Arqueología: marcas de uso, decoración, asas, bordes... 

         En la última parte del taller, dedicamos una hora y media a practicar con arcilla las técnicas de modelado a mano que habíamos repasado en la parte teórica, así como todos los métodos de decoración más comunes, y nos encontramos con que nuestros "alumnos" eran unos verdaderos artistas que superaron a los "maestros".

        Durante la práctica nos dedicamos a recrear tanto recipientes, como es el caso de vasos, cestas, platos, cuencos..., como pesos de telar, e ídolos placa entre otros objetos de uso ritual, todo ello decorado de manera muy creativa y exquisita.

   Esperamos haber enseñado mucho sobre cerámica prehistórica y protohistórica (amén de la cerámica a torno posterior), así como su importancia en el mundo de la Arqueología, ¡y esperamos también volver a verles en los próximos cursos que hagamos en Carmona!


 

martes, 9 de agosto de 2016

Gymcana infantil por el museo - 09/08/2016

Cristina enseñándole las láminas a los mini-arqueólogos
            El día 9 de agosto a las seis de la tarde, el museo de Carmona vuelve a abrir sus puertas para el taller de gymcana realizado por miembros de la asociación Arqueohespérides. Esta actividad sin duda ha sido una de las más entretenidas tanto para los niños como para nosotros mismos.

           El taller se dividía en cuatro actividades relacionadas con restos de distintos períodos históricos conservados en el museo de Carmona. Para poder pasar por las distintas actividades formamos tres grupos divididos por edades que irían rotando cada 45 minutos por los talleres. Así, comenzamos a dar saltos en el tiempo para descubrir las distintas sociedades que habitaron nuestra zona antes que nosotros.

Dólmenes:

Kike ayudando a los niños con las láminas
        Para este primer taller, el objetivo era que los niños aprendieran el concepto de las construcciones megalíticas en la Prehistoria y Protohistoria: los diferentes tipos de construcciones, así como sus diferentes funciones, que podían ir desde rituales y de enterramiento, hasta observatorios de estrellas o centros de reunión social. Además, repasamos los materiales y técnicas de construcción, y aprendieron a situar aproximadamente en qué lugar y cronología pueden encontrarse.

      Para hacer entender los conceptos con facilidad hicimos una explicación teórica con imágenes de ejemplos representativos, y, una vez entendido el mundo megalítico, comenzamos un juego de rol en el que los niños se convirtieron en miembros sabios de estas sociedades y se reunieron con una chamán, representada por una de nuestras monitoras. En grupos de dos o tres niños, discutieron qué tipo de construcción megalítica se iba a construir. Realizaron las maquetas de las estructuras aprendidas con plastilina.

     Tenemos que decir que Stonehenge fue uno de sus favoritos, junto con la arquitectura ciclópea de las islas baleares, en concreto las taulas y los talayots.

Fenicios 

Nuestros exploradores en la sala de los Vasos Fenicios
          En la sala de Prehistoria y Protohistoria, se realizaron las actividades con las que intentamos acercar a los más pequeños al mundo fenicio, pueblo de comerciantes que tantos avances trajo a la Península Ibérica.


         En esta etapa de la Historia, los niños llevaron a cabo varias actividades, la primera de las cuales consistía en proporcionarles unas 20 letras del alfabeto fenicio, que correspondían a 20 palabras con su correspondiente traducción al castellano. Con este alfabeto y, como si de auténticos arqueólogos se trataran, tenían que formar frases coherentes relacionadas con el mundo fenicio-púnico, y no se les dio nada mal.

       Después de esto, los pequeños aprendieron con más detenimiento qué productos y avances fueron traídos por los fenicios a la Península Ibérica. En esta ocasión, se les proporcionó  unas láminas que contenían fotografías de todos los productos que llegaron a la zona gracias a esta cultura, así, cada uno tendría una lámina diferente, y tendría que adivinar qué productos tenían los demás niños.

Romanos 

         Para esta actividad, preparamos, por un lado, una serie de imágenes en las que se podían apreciar diversos edificios que fueron introducidos en la ciudad por los romanos y que, aún hoy, se conservan en las ciudades, y, por otro lado, unas tarjetas con los nombres tanto de dichos edificios, así como de otros que se introdujeron con anterioridad o posterioridad a la romanización.

        Los intrépidos aventureros no nos defraudaron: su primera misión consistió en encontrar las tarjetitas que habían sido escondidas por toda la sala, y, a pesar de las muchas que les habíamos preparado, se les vio con ganas de empezar la actividad.

Cami en la Sala Romana con parte del grupo
        Una vez que habían conseguido reunirlas entre todos, tenían que deducir qué imagen se correspondía con qué tarjetita: ¿Qué edificio podía tener las características de un teatro? ¿Qué estructura parece más cómoda para que puedan salir animales de sus puertas? ¿Cuál es la función del circo?

     Con más aciertos que equivocaciones, nuestros aventureros se convirtieron en arquitectos romanos, pero no solo eso sino que, además, aprendieron qué eran otros muchos tipos de edificios, que, aunque en algunos casos no supieron decir del todo si eran o no romanos, se introdujeron en otros momentos históricos pero que no por ello son menos importantes, como puede ser el caso de los castros o las motas.

           Con esta actividad aprendieron un montón no solo sobre arquitectura, sino también sobre el estilo de vida romano, ya que para ser tan buen arqueólogo como nuestros pequeños alumnos, hay que tener en cuenta que las necesidades producidas por unos hábitos cotidianos, y otros muchos aspectos de la cultura, se reflejan en la edificación inmueble, como muy bien aprendieron en la gymkana.

Medieval

             Para el último taller, todos los viajeros del tiempo, cansados de moverse por los diferentes períodos de la humanidad, se reunieron en el centro del patio del museo de Carmona para el último viaje, eso sí,  hay que decir estaban bien sentaditos y  muy cómodos

           En este viaje pudieron descubrir la cultura material de la época medieval y nos sorprendió que algunos supieran de antemano qué o cómo se habían construido algunos objetos, pero, claro está, que dentro de nuestros viajeros del tiempo, se encontraba algún que otro Indiana Jones del curso de mini-excavación.

             Este taller fue muy ameno tanto para ellos como para nosotros porque tanto saltar de época en época cansa mucho los pies. Eso sí, ya no se les va a olvidar que "eso con tres patas, el boomerang o la araña" no es nada más y nada menos que un trébede y, ¿qué es un trébede?

             Si algunos de los papás o mamás de los pequeños están leyendo esto, les puedan preguntar a sus hijos si recuerdan lo que es. Algunos de nuestros aventureros se sorprendieron al saber que hay muchos elementos de la cultura material medieval que utilizamos aún hoy en día, como puede ser el caso del mortero, que es algo todavía muy esencial para nosotros, al igual que lo fue en la cocina de la Edad Media.

viernes, 5 de agosto de 2016

Taller de alfarería para niños - 04/08/16

         El pasado día 4 continuamos nuestras jornadas de los cursos de agosto en el Museo de Carmona. En esta ocasión, los jóvenes arqueólogos se convirtieron, también, en expertos alfareros.

   En un principio, dividimos a todos nuestros participantes en grupillos más pequeños, y cada uno aprendió por separado las distintas técnicas con las que se podía moldear la arcilla y darle la forma deseada, así como la decoración, pero, sobre todo... ¡aprendieron a ensuciarlo todo! Si es que, así es como debe ser, sucios y "guarrindongos", es como se aprende a ser buenos arqueólogos.

No sólo nos mostraron su imaginación a la hora de decorar, sino que además, se dieron mucho en pensar qué tipo de objetos cerámicos podemos encontrar, y no se cortaron un pelo a la hora de recrear todo tipo de objetos, y aunque tiraron más hacia la vajilla de mesa, no se escaparon algún que otro candil o jarrón, los cuales quedaron francamente bien, teniendo en cuenta que más de uno improvisó sus creaciones a partir de lo que había aprendido. Y, casi sin necesidad de explicación, se aventuraron a terminar sus obras maestras con pequeñas asas y tapaderas como remate final.

    Una vez habían aprendido cómo hacer sus propias cerámicas, llegamos a la parte que pareció gustarles más, ya que les enseñamos las decoraciones más características de la cerámica a mano. Una vez ya se habían hecho con todo el arsenal con el que contábamos para realizar esta tarea, cada uno utilizó las técnicas de decoración que más les llamó la atención, y crearon con lo que aprendieron unas composiciones que, si bien eran innovadoras, demostraron que nos había llegado al Museo un grupo de lo más imaginativo, y no se quedaron ahí...

              Para muchos de ellos, éste fue su primer curso de cerámica, pero el esfuerzo y dedicación que le dedicaron a sus obras y al aprendizaje, dieron sus frutos a la hora de ser creativos, cosa que los papis ya habrán podido comprobar con los regalitos que se llevaron sus intrépidos arqueólogos a casa tras el taller.

 Así, con la conclusión final de esta actividad, esperamos que los pequeños (y no tan pequeños) aprendieran la importancia de la cerámica en la Arqueología, o, al menos, y como pasaba en el caso de más de uno, esperamos que hayan visto que una tarde de aburrimiento puede ser una excusa ideal para entrar en el entorno de la Arqueología, aunque no sea con perspectivas vocacionales.

miércoles, 3 de agosto de 2016

El taller de "mini-excavación" 02/08/16

         El pasado día 2 dimos comienzo al primer curso que abrió las jornadas de actividades infantiles del Museo de Carmona en agosto, que, en este caso,  venía acompañado de la mano de la asociación Arqueohespérides. 

            Este primer taller fue el más intensivo de los cuatro, ya que tuvo una duración de casi cinco horas, que, sin embargo, nuestros intrépidos Indiana Jones aguantaron sin ningún problema con una energía reservada únicamente a los niños. 

     Además, la cosa no se quedó ahí. Los pequeños aprendieron también cómo había que extraer y clasificar los hallazgos, ¡porque no es lo mismo encontrar un ídolo placa de la Edad del Bronce que una cuchara en una cocina romana! 

           También hemos intentado transmitirles algo muy importante, el compañerismo: todos debemos ayudarnos mutuamente en una excavación arqueológica. Aunque dentro del equipo cada uno cumpla una función (las cuales son todas igual de importantes), tal como aprendieron los aventureros con los que nos encontramos en este taller, deben saber que para poder excavar hay que saber colaborar con todos los "compis" de la excavación. 

          Aquí podríamos dejar una pequeña anécdota de estos pillos, que eran todos muy compañeros hasta que llegaba la hora de sacar los cubos de tierra a la escombrera, y más de uno se nos escaqueó, por lo que nos encontramos con más de una montaña en las cuadrículas. 

           Preparamos esta actividad mediante la construcción de dos cuadrículas, dentro de las cuales construimos dos plantas en las que aparecían intervenciones de distintas épocas: fosas de la Edad del Bronce, calzadas y fuentes romanas, pozos ciegos medievales... y dividimos los materiales disponiéndolos de manera que todos nuestros pequeños arqueólogos pudieran, no solo encontrarlos, sino aprender qué nos interesa saber de cada tipo de material que nos aparece: Si un cuenco está quemado, ¿dónde pudo utilizarse? Si encontramos una roca alineada con muchas otras, ¿podrían estar formando una infraestructura?

           Incluso debemos añadir que sin querer (queriendo) los introdujimos un poco a la Bioarqueología y Antracología, dado que en la cocina romana se encontraron grandes cantidades de semillas que, muy probablemente, se encontrasen en los cuencos que ellos mismos desenterraron. Esto fue un hallazgo muy importante, ya que mediante las semillas podemos estudiar la economía, medios de vida y comercio, entre otras cosas, de una cultura.

          De esta manera, les enseñamos a los pequeñajos que hasta los descubrimientos que parecen más pequeños e "insignificantes" nos abren un mundo nuevo de sabiduría y conocimiento, así que todo debe ser estudiado para poder conocer los diferentes aspectos de las sociedades del pasado. De hecho, incluso les llegamos a explicar a los mini-arqueólogos que incluso el no encontrar algo nos podía estar ofreciendo una información valiosa (porque si no encontramos algo en un lugar, podemos interpretar que ahí  hubo nada). 

            Incidimos, además, en que la excavación no es la única herramienta que tenemos en Arqueología, y les enseñamos también las bases del dibujo arqueológico (quizá todavía se acuerden de por qué hay que seguir haciendo los dibujos a pesar de la fotografía). En definitiva, ¡menudos artistas! Más de uno captó muy bien la idea del dibujo arqueológico y los detalles que interesa representar. Finalmente, en la última hora del curso, dividimos a los pequeños en dos grupos para que, mientras unos visitaban parte del museo acompañados por uno de los monitores, los otros recibieran una entretenida lección para explicarles la importancia de los materiales que habían sacado, porque para los arqueólogos todo resto cuenta, y finalmente cambiaron los turnos. 

            Esperamos que con este taller hayamos inspirado a los pequeños a introducirse en este mundillo y les haya despertado el interés por nuestra rica y extensa cultura material, y si no ha sido así, al menos esperamos que hayan pasado una mañana entretenida y divertida, aprendiendo mucho sobre un trabajo sobre el que no todo el mundo sabe.