El yacimiento de Cástulo se encuentra
en la zona del Alto Guadalquivir en
las inmediaciones de Sierra Morena. Concretamente, nos referimos al margen izquierdo del Guadalimar, río
jiennense cuyas aguas hacen recorrido por las
laderas de los municipios de
Linares, Torreblascopedro y Lupión.
Dominando la vega del río, se sitúa el
territorio de Cástulo, que ha tenido una ocupación continuada desde fines del
III milenio a.C. hasta más o menos el siglo XV de nuestra era, cuando se abandona
definitivamente la ciudad. Fue en el Neolítico Final cuando se asentaron las
primeras comunidades aldeanas sedentarias vinculadas a una fuerte economía
agraria basada en la Cultura de Silos, un modo de asentamiento a través de
estructuras subterráneas excavadas en el suelo (almacenamiento de alimentos,
hogares, pozos ciegos, talleres de trabajo, etc.).
Dicho esto, será en el Bronce Medio y
Bronce Final cuando Cástulo comience a adquirir importancia como núcleo
poblacional en Sierra Morena. Se inicia una actividad metalúrgica incipiente,
vinculada a metales como la plata, el cobre y el plomo, lo que hará que Cástulo
se convierta posteriormente en el centro minero más importante de la Bética,
estableciendo contactos comerciales de intercambio con todas las comunidades
del Bajo Guadalquivir.
La aparición de la metalurgia del
hierro en época ibérica (siglo VI a.C.) provocará la desaparición de la
metalurgia del bronce, y aparecerá dentro de la comunidad una aristocracia
local que se irá enriqueciendo enormemente con los beneficios del nuevo metal,
mucho más duradero y resistente. Como consecuencia de este enriquecimiento,
habrá una evolución en cuanto a patrones de asentamiento, dando lugar al
conocido Oppidum de Cástulo del que se conserva su recinto amurallado y sus
bastiones para la defensa. Llegó a ser el más grande de la Península Ibérica.
No obstante, si hay un hecho que merece que Cástulo forme parte del Patrimonio de la
Humanidad, es el que haya sido objeto de lucha durante la II
Guerra Púnica (finales siglo III a.C.) durante la cual civilizaciones tan importantes
como Roma y Cartago estuvieron en
conflicto por su control, clave para
el intercambio y para acuñar moneda en plata con la cual financiar los ejércitos
o pagar a los mercenarios. Esto hará
que Cástulo esté bajo dominio cartaginés
un tiempo, hasta que finalmente Roma toma
el control, momento en que la ciudad se convierte en municipio latino. De esta época se
conservan los pilares de un
acueducto, así como los restos de
las gradas de un teatro romano que hubo.
A partir de aquí, el yacimiento no
experimentará muchos cambios hasta la llegada del periodo islámico (siglos
X-XII), cuando se construye en la ciudad una fortaleza islámica de la cual se
conserva actualmente su torre central, y será en el siglo XIII cuando Fernando
III conquiste la ciudad cambiando el nombre de la torre y convirtiéndola en un
castillo que recibirá el nombre de Castillo de Santa Eufemia, cuyos restos se
pueden visitar.
Toda la
historia que tiene detrás Cástulo es suficiente motivo como para que sea
Patrimonio de la Humanidad. Descubrimientos como el Mosaico de los Amores, las termas de la Villa del Olivar, los imponentes leones de época ibérica o
el castillo cristiano de Santa Eufemia junto con su torre almohade son pruebas
convincentes como para declarar patrimonio mundial un yacimiento cuya historia ha tenido influencia en todas las
grandes civilizaciones (fenicios cartagineses, romanos, iberos,
musulmanes y cristianos). Pocos yacimientos han tenido una pervivencia tan
larga en el tiempo y con presencia en
tantas culturas diferentes entre sí.
Cástulo es un vivo ejemplo de lo que
es el patrimonio arqueológico y de la necesidad
que hay a la hora de proteger y
poner en valor yacimientos como este,
que desde el siglo XIX ha sufrido expolio continuo. Las
sorprendentes dimensiones del yacimiento y la
escasa protección hasta la fecha
ha permitido que se desarrollen
infinidad de actividades delictivas en el mismo, hasta que finalmente se tomó
conciencia de la importancia que
tuvo en el Pasado.
Así, se dio en
2007 un paso más en su conservación
y protección, con proyectos como Forvm
MMX o Proyecto Arrayanes, obras
de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Se ha conseguido incluir hasta 500 nuevos vestigios dentro del marco de protección sumados a los más de 100 ya protegidos años atrás, tanto pertenecientes a la ciudad como a la zona minera del entorno. Actualmente, Cástulo está reconocido
como Paisaje de Interés Cultural por las dimensiones
del yacimiento englobando la inmensa
zona minera.
El siguiente paso que queda es la
declaración como Bien de Interés Cultural y su inclusión en la UNESCO, lo cual
queda pendiente para cuando se consigan más fondos que se están recogiendo con
actividades didácticas como “Viaje al Tiempo de los Iberos”, que cada año
atraen a decenas de miles de visitantes.
Jesús Risueño Teva
No hay comentarios:
Publicar un comentario