Carmona, ciudad deslumbrante, anclada entre el pasado y el presente, entre ruinas que susurran sueños eternos atrapados en el tiempo. Sueños que esperan convertirse en realidad por manos de aquellos capaces de escucharlos y entenderlos.
El tiempo es un gran enemigo, atrapa en el olvido historias fascinantes que pasan a leyenda y a mito, historias que acaban muriendo en los labios de un sabio, historias que quedan grabadas en piedras, historias plasmadas en el frío mármol, personas ilustres de las cuales conocemos solo sus nombres, de otros llegamos a saber parte de su historia contada por otros y en pocos casos contada por ellos mismos. Semidioses que fueron mundanos ilustres pasaron a tener parte de dioses emparentando con los grandes señores que controlan el destino del hombre…
Vista del casco histórico de Carmona desde la Puerta De Sevilla. |
Desgraciadamente no conoceremos a todas aquellas personas que tuvieron sueños, miedos, ambiciones, ni su manera de pensar. Solo nos quedan en muchos casos restos materiales que el arqueólogo debe descifrar para llegar a alcanzar aquellos reflejos de una vida pasada que en parte sigue perviviendo en los objetos y en nuestra propia cultura.
El paraje en el que se sitúa Carmona, lugar donde cohabitan las sombras de un pasado lejano y el ajetreo de una ciudad que no descansa, es digno de ser admirado. Desde el Neolítico, los carmonenses que han vivido en este lugar estratégico han sabido de las grandes ventajas de vivir a 235 m sobre el nivel del mar controlando toda la dilatada y llana Vega del Corbones.
Tierra fértil donde germina la vida y la naturaleza amansada, y con unas impresionantes vistas que daban el control absoluto del territorio y sobre los posibles enemigos que osaran perturbar la tranquilidad de este paraje y mancillar los campos que con tanto esfuerzo, sudor y lágrimas había costado trabajar. Carmona es sin duda una de las ciudades más antiguas en toda Andalucía y de la provincia de Sevilla, teniendo muchísima importancia en momentos clave de la Historia.
Gracias a un primer núcleo turdetano del lugar, los cartagineses pudieron desarrollar una importante colonia, pero desgraciadamente el tiempo se ha ensañado perdidamente con este periodo de mi querida ciudad quedando pequeños vestigios de su gran importancia. Como ejemplo, podemos apreciarlo de una manera clara en algunos restos de la muralla de la Puerta Sevilla. Pero no será hasta el 206 a.C. cuando la historia de Carmona da un giro de 180º, en este año se produce la conquista por parte del Imperio Romano. El lugar fue increíblemente romanizado convirtiéndose en uno de los asentamientos urbanos más importantes de la Bética, al cual llamaron “Carmo”. Además, acuñó moneda y fue poderosamente fortificada a ras del linde de los alcores. Lo cual hacía difícil el asalto de enemigos.
Vista aérea del anfiteatro y la necrópolis de Carmona. |
De época romana, Carmona tiene una gran cantidad de monumentos, restos arquitectónicos y escultóricos,etc. Pero lo que verdaderamente impresiona a todo visitante es la necrópolis romana, la cual fue excavada por Jorge Bonsor (del cual hablaremos más adelante) junto con su equipo de la SAC. La Necrópolis, primera en ser musealizada, es abrumadora. Cuando uno entra puede sentir el peso de la Historia en sus hombros, sentir cómo el viento agita los árboles y escucha el susurro de las almas que descansan allí, es sobrecogedor y a la vez maravilloso.
Entre la Necrópolis y el Anfiteatro (uno de los más antiguos de Hispania) pasa la Vía Augusta, la cual se encuentra bajo la actual carretera. Hoy día podemos observar a través de nuestro ojo moderno, algunos vestigios de la planimetría romana como es el caso del Cardo Máximo que se puede vislumbrar entre los edificios modernos, este iba de la “Puerta de Sevilla" a la de “Córdoba”. Así como el Templo-Hipogeo de San Felipe, único en su tipología y que está provocando grandes quebraderos de cabeza tanto a arqueólogos como a historiadores por su gran singularidad. Dicho lugar tiene una atmósfera lúgubre, pesada y “mágica” me atrevería a decir, debido a que cuando uno se encuentra dentro de él puede sentir las vibraciones del lugar y quedar sobrecogido ante tal misterio.
Como vemos, Carmona no solo tiene vestigios de una época antigua, sino que también comparte amistad con el pasado del medievo, desde restos visigodos hasta época musulmana en la cual se convirtió en capital de uno de los reinos taifas en el siglo XI. En esta época, Carmona cobra una belleza sin igual con el arte islámico y mudéjar. Tanto es así que además de embellecer el lugar, reforzaron su sistema defensivo para que nadie osara perturbar la paz que se respiraba dentro de sus muros.
Sin embargo, en 1247 aparece Fernando III "el Santo" acechador con una gran ambición de poseer a esta bella dama, la cual ajena de lo que estaba por venir disfrutaba del aroma de los naranjos y de su gente. La bella Qarmuna cayó ante sus encantos y se volvió cristiana a su pesar. Sin embargo, en el siglo XIV aparece un galán que cayó perdidamente enamorado de Carmona, el rey Pedro I de Castilla y León el cual engrandeció y transformó el Alcázar de la Puerta de Marchena, anterior residencia de taifas, y las convirtió en residencia real. Desgraciadamente hoy día este imponente monumento con tan gran peso en la historia está reducido a escombros y a merced de las garras del tiempo. Pese así sigue siendo un lugar digno de visitar….
Puerta de Córdoba |
Tantas historias guardadas, tantas historias plasmadas en verso contadas por un poeta inmerso en la gélida brisa del tiempo, tantas historias perdidas y sobre todo tantas historias por descubrir, a la espera de ser desempolvadas del olvido y deseosas de ser contadas. Carmona esconde rincones de saber, pequeñas ventanas que osan abrirse a un pequeño momento del pasado. Carmonenses que a lo largo de la historia moderna cuentan a sus hijos a la sombra de un tímido fuego, leyendas de tesoros escondidos en las entrañas de la ciudad.
Túneles que sirvieron a los carmonenses perseguidos por el régimen franquista esconderse y sobrevivir, estos túneles que son las entrañas de Carmona formados por una trama tan enrevesada que actualmente solo se tienen constancia de unos pocos y los demás se quedan en el mito. Casas que esconden en sus cimientos testimonios de una vida pasada, de un instante congelado por una desgracia o dicha. Tantos son los lugares por descubrir y pese así en estos tiempo desgraciadamente el saber de nuestro pasado no es una de las cosas más importantes y con eso nosotros, personas del siglo XXI, estamos cavando la tumba de nuestra propia cultura dejando así a los futuros arqueólogos vestigios claros de quiénes fuimos y de dónde veníamos.
Ay, mi querida Carmona sabedora de tantas historias y tímida para contarlas… déjanos conocer un poco más de ti, solo un poco más y sigue brillando como el lucero luce en la aurora "sicvt lvcifer lvcet in aurora, ita in vandalia Carmona"
Artículo escrito por Cristina Barragán García.
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