Harriet Tubman ca. 1850 |
Harriet Tubman es uno de esos personajes que, inexplicablemente, la Historia parece haber olvidado. Nuestra protagonista nació cerca de los años 20 del siglo XIX, en una plantación.
Desde pequeña tuvo que cuidar de sus hermanos, lo que hizo que a la edad de 6 años empezara a trabajar como niñera. La infancia de Tubman no fue fácil, sus patrones le daban palizas o la azotaban con el látigo al más mínimo motivo. Siendo muy joven, Harriet ya estaba marcada de por vida.
Un día, cuando no era más que una adolescente, la mandaron a por suministros a una tienda. En ella, el dueño le pidió que lo ayudara a capturar a su esclavo, que acababa de escapar. El dueño de la tienda se cabreó y fue a lanzarle una pesa a su esclavo, para evitar que siguiera huyendo, aunque por accidente le dio a Harriet. A raíz del golpe, Harriet empezó a sufrir mareos y ataques de epilepsia que la hicieron "inútil" para el trabajo en la plantaciones, así que fue malvendida de un amo a otro.
Tras una boda, un cambio de nombre y muchos más episodios de enfermedades, Tubman, ahora casada, escapa junto con sus hermanos el 17 de septiembre de 1849. Poco antes de su escapada, Tubman ya había sido vendida a un nuevo amo, por lo que sus antiguos propietarios tardaron en darse cuenta. Por el camino, los hermanos de Harriet se lo pensaron mejor y decidieron volver, obligándola a ella también.
Harriet Tubman en 1910 |
En su segundo intento de escapada, Harriet usó lo que se conoce como "El Ferrocarril Subterráneo", una red de túneles hecha por negros libres, abolicionistas y activistas, para ayudar a los esclavos a escapar desde el sur de los EE. UU. hacia el norte. Tubman se negó a hablar de la ruta exacta que había usado hasta su vejez, de manera que otros esclavos pudieran seguir usándola.
Desde que Tubman se hizo libre, no paró en ayudar al resto. Cuando el Norte de EE. UU. se hizo cada vez más peligroso para los esclavos huidos, Tubman empezó a moverse junto con un grupo para llegar a Canadá. Durante once años, Tubman no dejó de ir una y otra vez hacia el Eastern Shore de Maryland (lugar de encuentro de esclavos fugados) para rescatar a todos los que podía. Tubman presumiría, más tarde diciendo que "durante todos mis años como guía del Ferrocarril Subterráneo nunca perdí a ningún pasajero, algo que no todo el mundo puede decir".
Su último viaje fue en 1860 pero, justo al año siguiente empezó la Guerra Civil, por lo que Harriet vio la posibilidad de que la esclavitud quedara totalmente abolida si ganaba el norte. Harriet se unió a la causa y colaboró en todo lo posible con ellos, aunque no fue hasta 1899 cuando se le reconocieron sus servicios con una paga militar. Durante sus últimos años colaboró con las sufragistas, pidiendo el voto tanto de las mujeres blancas como el de las negras (había muchas sufragistas blancas que eran contrarias a esta idea).
Aunque Harriet murió en 1913, su legado no se ha olvidado. Una de las últimas muestras de esto se dio en 2016, cuando el Departamento del Tesoro decidió que fuera su rostro el que saliese en los billetes de $20, sustituyendo al del 7º Presidente de los EE. UU. Andrew Jackson.
Recreación del posible billete de $20 |
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