Hoy, 2 de enero de 2017, se cumplen 525 años de la Rendición de Granada por parte de Boabdil, el último rey nazarí de la Península, ante los Reyes Católicos, hecho que marcaría el devenir de los tiempos en la Europa del siglo XV.
Tan trascendente fue lo que allí ocurrió que siglos más tarde, en 1882, el glorioso momento se ve plasmado en el lienzo de Franscisco Pradilla, por encargo del Senado español. Por su minuciosidad arqueológica en los detalles, como vemos en el cetro y la corona de la Reina Isabel, conservada hoy en la Capilla Real de Granada, así como en la espada de Boabdil, en el Museo del Ejército de Madrid, por la documentación exhaustiva que llevó a cabo el autor para conformar la escena, colocando a cada personaje que aparecía en las capitulaciones en el escenario exacto bajo la vigilancia majestuosa de la Alhambra, y, por supuesto, por la perfección técnica, hacen de ella una de las obras capitales de la pintura española de todos los tiempos.
Sin embargo, el sentido realista no excluía, para Pradilla, la poesía y la grandeza con que se nos presenta envuelta la Historia.
Rendición de Granada (1882) -Francisco Pradilla |
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