lunes, 12 de junio de 2017

Lavender Marriages para proteger el estrellato

Rudolph Valentino con Natacha Rambova
La homosexualidad y la bisexualidad no siempre han estado tan aceptadas como en la actualidad. Si ya el mundo del teatro te hacía tener una vida de cara al público, el del cine y el auge de los paparazzi directamente te extirpaba toda vida privada que quisieras tener. 

La solución eran los lavender marriages. Actores y actrices homosexuales de Hollywood (y de otros lugares, pero Hollywood es sin duda el más conocido) tenían miedo a salir (o a que los tabloides les sacaran) del armario por la repercusión que podía tener en sus fans y en sus carreras. Así pues, se casaban en matrimonios heterosexuales para quitarse de las malas lenguas. 

Sin embargo, los periódicos de antes de la Segunda Guerra Mundial se dieron cuenta de la estrategia y crearon el término lavender marriages, los matrimonios lavanda, para referirse a los matrimonios de las celebrities que se creía que eran gays. La razón de que se llamen lavender y no de otro color es que, en los países anglosajones el color lavanda y la flor de la lavanda estaban asociados, desde el XVIII-XIX con la homosexualidad. 

Jimmy Shields (izq), Joan Crawford (centro) y
William Haines (dch) en una fiesta de disfraces en 1937
Por otra parte, durante los años 20 del XX, algunos contratos de Hollywood incluían clausulas de moralidad que obligaban a los actores, que en la mayoría de los casos estaban a merced de los estudios de cine, a casarse o tener una relación heterosexual para salvar su reputación. Y si se negaban, tenían el ejemplo de William Haines, un actor de los años 30 que perdió la fama y cualquier posibilidad de trabajo en la gran pantalla porque se negó a ocultar sus sentimientos por su novio de toda la vida, Jimmie Shields. La historia de estos dos jóvenes no tiene un final triste, ya que cuando a Haines lo echaron de los estudios, se convirtió en el diseñador de interiores favorito de las actrices de Hollywood y montó una empresa con su pareja. 

Entre los matrimonios más conocidos están el de Rudolph Valentino, un actor gay, con una diseñadora de decorados lesbiana, Natacha Rambova. Puesto que la bisexualidad, y más en mujeres, estaba mal vista, algunas actrices como  Joan Crawford, Marlene Dietrich o Tallullah Bankhead tuvieron que casarse para proteger sus carreras. 

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